Six Sigma

Se entiende como método que aporta herramientas organizativas para la mejora de procesos. Esta mejora de productividad derivada de la minimización de variaciones en los procesos ayuda a disminuir los defectos y a una mejora de la rentabilidad.
La operativa Six Sigma enfoca la reducción de la variación de procesos en un mayor control de procesos, mientras que la filosofía lean procura la eliminación del despilfarro (procedimientos de no valor añadido). Lean utiliza técnicas como kaizen, Value Stream Mapping, controles visuales, 5s o SMED para la optimización. En cambio, Six Sigma lo hace a través de análisis estadístico y la experimentación.
La línea de distinción entre Six Sigma y Lean Manufacturing es difusa, siendo el término Lean Six Sigma comúnmente utilizado debido a que, en numerosas ocasiones, una combinación de ambas técnicas es utilizada para la mejora de procesos.
La diferencia primordial entre Lean y Six Sigma es que el Lean no solo está enfocado en la producción sino en la mejora de todos los procesos involucrados en la empresa. Lean Six Sigma es un encaje ideal para empresas que buscan estandarizar sus procesos y aportar al cliente el mayor valor posible.
La combinación de ambas técnicas puede resultar en un resultado óptimo que hacerlo por separado puesto que ambas se complementan entre sí. Las iniciativas de mejora deben establecer los objetivos y la metodología a seguir para marcar la evolución en la consecución de metas y objetivos.
A menudo, una aplicación exitosa puede comenzar con un diagnóstico lean, procurando una mejora en la eficiencia y la eliminación de despilfarro en los procesos. Si los problemas se mantienen, las técnicas Six Sigma podrían ser aplicadas.